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miércoles, 23 de mayo de 2018

ÓRDENES DEL AMOR - CONSTELACIONES FAMILIARES

Las lealtades invisibles refieren a que existe una transmisión transgeneracional de los problemas familiares que pueden crean una cadena de destinos difíciles o trágicos: Lo que una generación deja sin resolver, será la siguiente la que, inocente e inconscientemente, trate de resolverlo. Los asuntos no resueltos de los sistemas familiares en generaciones anteriores y las injusticias cometidas dentro y fuera del sistema familiar pueden, inconscientemente, afectar la vida de las generaciones posteriores. Existirá una tendencia en la familia a querer resolver este conflicto.

Desde el modelo sistémico de constelaciones familiares, no hay “buenos” ni “malos”, sino hechos o eventos que, en medio de un conflicto cada “bando” comete desde un sentido de pertenencia y lealtad (inconsciente) a su sistema de origen. Dicho en otras palabras: Lo que una generación deja sin resolver, aparece con más fuerza en las generaciones siguientes.

Según las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger, en todo sistema humano, en toda familia, existe una serie de principios o reglas de cuya transgresión se derivan las disfunciones que aparecen en los mismos, es decir, el sufrimiento humano. De modo que, en gran medida, el bienestar y la salud de la familia y, por ende, de uno mismo, depende del respeto de estas reglas o leyes que organizan el sistema familiar.

 

 LEY DE LA PERTENENCIA 

Todos los que pertenecen a nuestra familia tienen el mismo derecho a pertenecer. Tan pronto como a un miembro de la familia se le niega o se le priva la pertenencia surge un trastorno con consecuencias de largo alcance para la familia y futuras generaciones. 

Cuando se excluye a un miembro de la familia, se da un movimiento para traer de regreso al miembro excluido u olvidado y devolverle el lugar al que tiene derecho dentro de ésta.


¿Cómo excluimos a alguien del sistema? 

Cuando cerramos el corazón, cuando ya no lo consideramos parte de la familia, lo olvidamos y tratamos de borrarlo.

Por ejemplo; cuando un miembro cometió un delito, robó, asesinato, violación, abuso, violencia o hizo algo que avergüenza a la familia, ahí es cuando se rechaza y excluye (el “innombrable”).

En el caso de la locura, demencia, a esa persona se la aparta de la familia. También se excluyen a aquellas personas cuya pérdida causó un dolor tan grande, que no se le hizo el duelo (prefiero no hablar de él o ella, por que me da mucha tristeza o dolor). Las muertes prematuras, enfermedad, accidente, abortos, destinos trágicos, al suicida ni se le nombra, y de esta manera, también son apartados del sistema.

En ocasiones es el rencor, daño, dolor que queda tras una ruptura de pareja. Uno de los progenitores impide el derecho de visita o no permite que los hijos tengan su foto en el dormitorio del otro, o que critique al ausente esperando que los hijos sean juez y parte, le está vetando su derecho de pertenencia al sistema familiar. Cuando un hijo es reconocido y/o adoptado y no le permiten saber la verdad, están excluyendo a su progenitor, el cual después volverá a aparecer de algún modo en el sistema para buscar su lugar.

El enfoque transgeneracional de las constelaciones familiares, nos dice que frecuentemente las consecuencias de una “exclusión” en una familia, aparecen en las generaciones posteriores. Por ejemplo; un nieto, sin darse cuenta, reclama el derecho de pertenencia de un abuelo no reconocido, imitando su misma suerte. Es decir, en cierto sentido, se reproducirá la dinámica inconclusa, el conflicto, como forma de sanar la situación, de cerrar la herida.

 

Berth Hellinger expresa “Siempre que una persona sea excluida, el sistema familiar queda perturbado y presiona inconscientemente para lograr una reparación. Porque aquél que fue apartado o excluido de esa manera será imitado más adelante por un descendiente, sin que éste se de cuenta. Ese descendiente se siente como el excluido, se comporta como él y a menudo termina como él.”

 

Dentro de las consecuencias de la exclusión en el sistema familiar se encuentran: Repetición del destino de la persona excluida, enfermedades por culpas o resentimientos enquistados en el sistema familiar, adicciones en otros miembros para anestesiar el dolor de la exclusión, fracaso en relaciones de pareja, falta de energía de la familia, etc. Esto se genera a fin de que se haga consciente este evento (exclusión) y se integre a ese miembro en el corazón y memoria familiar, ya que él siempre ha pertenecido al sistema aunque no se le reconozca. Toda persona nacida en una familia tiene derecho de pertenecer, así como todo hombre que engendre un hijo aunque no lo reconozca ni lo críe, ese hombre pertenece a esa familia ya que ha dejado la semilla (hijo) en ese sistema, no por error o desgracia sino en cumplimiento o lealtad que de forma inconsciente arrastra esa familia.

¿Cómo incluir a los excluidos del sistema familiar?

  • Reconocerlos: Tener consciencia que existen sin justificar nuestro fracaso en ellos, simplemente saber que existen y que de allí venimos.
  • Darles un lugar: Abrir nuestro corazón en profunda aceptación a sus vidas y a su destino.
  • Agradecer: Que gracias a lo que fue su vida o su muerte ahora emprendimos un camino de aprendizaje. Agradecer el precio que pagaron por ello.
  • Ampliar la mirada: dejando de hacer juicio por lo que «supuestamente» hicieron porque ellos también están sujetos al sistema.
  • Tomar fuerza: De su historia, observar detenidamente cual es el aprendizaje y tomarlo.

 

 

 LEY DE LA JERARQUÍA 

Todos en una familia deben ocupar el lugar que se les ha dado y que es el suyo propio. Este orden es un orden jerárquico.  

Hay un orden en la familia a través del cual todas y cada una de las personas que están inmersas en un sistema puede recibir respeto y reconocimiento. En la medida en que todos los integrantes del grupo respeten el criterio de antigüedad en el clan, el respeto a los ancianos, a los padres, a los hermanos mayores, etc., se garantiza el reconocimiento personal, pues todos pasaremos en algún momento por esa posición. Nadie puede ni debe disputar este lugar, por ejemplo, elevándose sobre él o queriendo desplazarlo de su lugar.

Las consecuencias de esta lesión son devastadoras.  Deciden sobre el éxito y el fracaso y, a menudo, sobre la vida y la muerte (de la familia y de quién rompe las reglas de jerarquía). 

 

¿Cómo se rompe esta ley? 

Se puede apreciar en muchas de las relaciones conflictivas entre hermanos, en hijos que están realizando las funciones que le corresponde a alguno de los padres (a un hijo se le mira como si afectivamente tuviese que hacer la función del padre u ocupar el lugar del esposo ausente. En otras ocasiones toma el lugar de la pareja invisible de uno de los progenitores). En la pareja; cuando la relación no es de iguales (se adopta un rol paternal o maternal). En familias ensambladas que no encuentran el lugar adecuado para cada uno de los miembros del nuevo sistema, en el poco o nulo reconocimiento a los ancestros (excluidos).

Otro caso como ejemplo seria; Si mi pareja tiene hijos (de una relación anterior) ellos están antes que yo, simplemente porque llegaron a su vida primero. 

 


LEY DE COMPENSACIÓN ADECUADA 

El principio básico de vida del equilibrio entre el dar y el tomar nos lo fija nuestra conciencia. Está al servicio del intercambio en nuestras relaciones. 

Tan pronto como tomamos o recibimos algo de alguien, nos sentimos obligados a darle algo también, algo equivalente. Eso significa: nos sentimos endeudados hasta que devolvamos algo y hayamos pagado la deuda. Después de eso, nos volvemos a sentir libres hacia él / ella. 

El intercambio equilibrado entre iguales nos hace bien;  hermanos, amigos,  pareja,  compañeros de trabajo y todos los círculos sociales a los que pertenezcamos. Este es el equilibrio positivo y sano en el intercambio entre personas. Si yo siento que me dan, lo agradezco, lo tomo y surge en mi el deseo de devolver al otro un poquito más de lo que yo recibí de el y cuando pueda, en cuanto surja la ocasión, lo materializo. Y esta relación crece y se alimenta una y otra vez.

El orden de dar y tomar también se altera si le doy al otro más de lo que él quiere o puede devolver. Muchos lo consideran un amor especial si colman al otro con su Amor. Por ejemplo, si intentan darle más de lo que él puede manejar. Al hacerlo, desnivelan el equilibrio en su relación. Después de eso, a la otra persona le resulta difícil restaurar la igualdad. El resultado es que el que recibe demasiado se enoja y abandona la relación. Desviarse del equilibrio tiene un efecto contrario de lo que esperaba el dador. Las relaciones, en las que uno da más de lo que toma, tienen que fallar. Del mismo modo, aquellas en los que uno toma más de lo que está dispuesto a dar o puede dar. 

 

¿Qué pasa cuando alguien se siente dañado por el otro en una relación entre iguales? 

Una reacción bastante común es sentirse herido y desde el rencor, con derecho a devolver el daño amplificado. El otro que recibe más daño del que infringió, se siente con derecho a devolver todavía más y las relaciones entran en desequilibrio (circulo negativo) y va directo a la destrucción.

 

Bert Hellinger dice; "No hay peor perpetrador que una víctima con derechos".

 

¿Cómo salir de esta dinámica? 

La solución llega a través de la comunicación desde un punto positivo; cuando cada uno expresa sinceramente como se siente en la relación, lo que duele, lo que daña y también escucha al otro y se hace responsable de la parte que le corresponde.

¿Y cómo se restituye la relación? 

Para reparar el daño que yo infringí, simplemente hago algo a favor del otro que le beneficie, le guste y que a mi me suponga un esfuerzo. Si la otra persona lo toma y lo agradece, la relación se puede restablecer.

 


“Con amor, solo con amor, no basta. Tiene que estar en orden”. Bert Hellinger

El amor no es suficiente para el éxito y la felicidad en la vida.

 

¿Cuántas personas aman profundamente a su pareja pero las diferencias irreconciliables los avocan a la ruptura y no pueden seguir juntos?

 

¿Cuántos padres aman a sus hijos con toda el alma, les dan lo mejor de sí y ven cómo estos hijos se pierden en comportamientos autodestructivos? 

 

Estas tres leyes ayudan a que el amor se mantenga en curso, fructifique y fluya en el sistema.




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