ARTICULACIONES
Una articulación es una parte del
cuerpo en la cual se reúnen dos o varios huesos permitiendo un movimiento
adaptado a la anatomía del cuerpo humano (sinónimo: junta, unión, juntura).
La articulación representa la
facilidad, la movilidad, la adaptabilidad y la flexibilidad, dando al
movimiento gracia y fluidez. Todas estas cualidades simples son posibles con
una articulación en perfecto estado. Sin embargo, ella también tiene sus
límites. Ya que el hueso representa la forma de energía más “densa”, la más fundamental de mi
existencia, los problemas articulares están implicados en todas las componentes
fisiológicas del cuerpo humano (tejido, sangre, etc.).
Así es que un trastorno articular indica una resistencia, cierta rigidez en
mis pensamientos, en mis acciones o en la expresión de mis emociones
frecuentemente inhibidas.
Una inflamación se produce si
tengo miedo de ir hacia delante: me
vuelvo incapaz de moverme, tengo dificultad en cambiar de dirección, juego el
juego del desapego emocional, no actúo con espontaneidad, dudo o rehúso abandonarme a la
vida y hacer confianza. Cuando tengo dolor o dificultad en moverme, mi cuerpo
expresa que no quiero comprender o aceptar, algo que me limita en la expresión
del Yo.
Con relación a mi rigidez para
comprender, mirando la parte del cuerpo afectada, puedo activar el proceso que
consiste a aceptar que tengo algo que comprender.
Por ejemplo, las muñecas, los
codos, los hombros o las manos dolorosos indican que debo cesar alguna acción o
algún trabajo.
Quiero replegarme sobre mí – mismo
(codos) porque estoy cansado o harto
de hacer lo que estoy haciendo o de ser lo que soy: ya no quiero ser
responsable (hombros).
Las caderas, las rodillas y los
pies (miembros inferiores) indican
que ya no deseo seguir la vida con las dificultades que comporta. Debo
recordarme que la atención sobre un solo y mismo lugar (es decir fijar
inconscientemente la energía o la emoción en una sola articulación) puede hacer
cristalizar esta energía e inmovilizar la articulación. En este caso, el
proceso de aceptación al nivel del corazón es esencial para integrar la toma de consciencia con
relación a esta enfermedad y así liberarse de ella.
Una juntura es un lugar en el
cual dos huesos se encuentran. Una dolencia o una enfermedad referente a ésta revela una inflexibilidad con relación a
mí- mismo o hacía una persona o una
situación. Puedo encontrar el aspecto de mi vida hacía el cual necesito
mostrarme más flexible mirando cuál parte de mi cuerpo está afectada. Son las
junturas de mis dedos, de mis muñecas, de mis tobillos, etc.?
* (Los huesos del cráneo juntados entre sí, se consideran generalmente
como articulaciones inmóviles).
EL GRAN DICCIONARIO DE LAS
DOLENCIAS Y ENFERMEDADES. JACQUES MARTEL.
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Articulaciones según La Enfermedad como Camino.
En las articulaciones se
manifiestan síntomas de inflamación y dolor con los movimientos y pueden llegar
a producir la parálisis. Cuando una articulación se paraliza, es señal de que
el paciente se ha bloqueado. Una
articulación paralizada pierde su función: si una persona se blo
quea en un tema o sistema, éste pierde también su función. Una nuca rígida indica la inflexibilidad de su dueño.
En la mayoría de casos, basta oír
hablar a una persona para descubrir la información de un síntoma. En las
articulaciones, además de inflamación y rigidez, se producen torceduras,
distensiones, rebotaduras y rotura de ligamentos.
También el lenguaje de estos
síntomas es revelador, a saber: se puede dislocar un tema —botar a una
persona—, retorcer a otro —estar tenso o un poco descentrado—. No sólo se puede
reducir o enderezar una articulación sino también una situación o una relación.
En general, para enderezar una articulación, hay que dar un fuerte tirón
situándola en una posición límite o acentuar la posición forzada que pueda
tener, a fin de que, una vez rebasado el límite, pueda encontrar su justo
medio.
Esta técnica tiene su paralelo en la psicoterapia. Si alguien se
encuentra paralizado en una situación límite, se le puede empujar en el mismo
sentido, hasta alcanzar el extremo del movimiento pendular, desde el que pueda
volver al centro. Es más fácil salir de una situación forzada sumiéndose
por completo en ese polo. Pero la cobardía coarta al ser humano y la mayoría se
encallan a la mitad de un polo. Las personas se quedan atascadas en sus
opiniones y formas de conducta y por eso hay tan poca transformación.
Pero cada polo tiene un valor
límite, desde el que se convierte en el polo opuesto. Por ello, de una fuerte
tensión puede pasarse fácilmente a la distensión (sistema Jakobson), también
por ello la física fue la primera de las ciencias exactas que descubrió la
metafísica y también por ello los movimientos pacifistas son militantes.
El ser humano tiene que encontrar
el justo medio, pero el afán de conseguirlo inmediatamente le hace quedarse en
la mediocridad. Pero también, de tanto exasperar la movilidad, se expone uno a
quedarse inmóvil. Las alteraciones mecánicas de las articulaciones nos indican
que hemos abusado tanto de un polo, que hemos forzado tanto el movimiento en
una dirección que se impone rectificar.
Uno ha ido demasiado lejos, ha rebasado el límite y, por lo tanto,
tiene que volverse hacia el otro polo. La medicina moderna permite
sustituir por prótesis determinadas articulaciones, especialmente las de la
cadera.
Como ya dijimos al hablar de los
dientes, una prótesis siempre es una mentira, ya que simula lo que no es. A la
persona que, estando interiormente anquilosada, finge agilidad, la afección de
la cadera le obliga a rectificar imponiéndole sinceridad. Esta corrección es
neutralizada por medio de una articulación artificial, otra mentira, y el
cuerpo seguirá simulando agilidad. Para
hacerse una idea de la falta de sinceridad que permite la medicina, imaginemos
la siguiente situación: supongamos que, con un sortilegio, pudiéramos hacer
desaparecer todas las prótesis y las modificaciones que el ser humano ha
introducido en su cuerpo: todas las gafas y lentes de contacto, audífonos,
articulaciones, dentaduras, las operaciones de cirugía estética, los tornillos
de los huesos, los marcapasos y demás hierros y plásticos. El espectáculo sería
dantesco. Si después, con otro sortilegio, anuláramos todos los triunfos de
la medicina, nos encontraríamos rodeados de cadáveres, tullidos, cojos, medio
ciegos y medio sordos. Sería un cuadro horrible, pero verdadero. Sería la
expresión visible del alma de las personas.
Las artes médicas nos han
ahorrado esta visión horrenda, restaurando y completando el cuerpo humano con
toda suerte de prótesis, de modo que da la impresión de estar completo. Pero,
¿y el alma? Aquí no ha cambiado nada; aunque no la veamos, sigue estando
muerta, ciega, sorda, rígida, agarrotada, tullida. Por eso es tan grande el
temor a la verdad.
Es el caso del retrato de Dorian
Gray. Con manipulaciones externas, es posible conservar artificialmente la hermosura
y la juventud durante un tiempo, pero, cuando uno descubre su verdadera faz
interior, se asusta. Mejor sería cuidar constantemente nuestra alma que
limitarnos a atender el cuerpo, porque el cuerpo es mortal y el espíritu, no.
La enfermedad como camino. THORWALD
DETHLEFSEN y RÜDIGER DAHLKE.
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¿Cómo combatir este problema tanto físico como emocionalmente? Con Osteopatía Bioenergética Celular. Recuerda si tienes dudas envíanos un mensaje!
Mayo, 2015.
La parte emocional tiene que ver mucho con la degeneración de enfermedades y bien es cierto que teniendo en paz nuestro pensamiento y nuestra alma por medio de la tranquilidad del espíritu sabremos llegar a la sanación sea por las distintas terapias vibro emocionales gracias por aceptar este comentario
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