¿CUÁL ES EL PROPÓSITO Y ORIGEN DE LA DESARMONÍA?
¿POR QUÉ SE PRODUJO ESTA DIVISIÓN, ESTE EGO, ESTE MUNDO DE DOLOROSA EVOLUCIÓN?
¿POR QUÉ EL MAL Y EL SUFRIMIENTO DEBEN HACER INTRUSIÓN EN EL BIEN, LA BIENAVENTURANZA Y LA PAZ DIVINAS?
Es difícil responder a la inteligencia humana en su propio nivel de consciencia, porque la consciencia a la cual pertenece el origen de este Universo, en la cual se halla; por decirlo así, completamente “justificada” la experiencia de una creación de este tipo, es una consciencia, es un Conocimiento supraintelectual, es una inteligencia cósmica y no una inteligencia humana e individual; esta Consciencia ve en espacios más vastos, posee otra visión y cognición, otros términos de conocimiento distintos de la razón y el sentimiento humanos.
A la mente humana uno podría responderle que, mientras en sí mismo el Infinito puede estar libre de esas perturbaciones (dolor, sufrimiento y muerte), una vez que la manifestación universal comenzó, empezaron también las infinitas posibilidades y entre las infinitas posibilidades a las que la manifestación universal tiene por función dar lugar, una de ellas fue evidentemente la negación, la relativa negación efectiva y con todas sus consecuencias del Poder, la Verdad, la Luz, la Paz , el Bien y la Inmortalidad.
Si nos preguntamos “por qué” además de ser posible esta manifestación, también fue aceptada y aprobada; la respuesta más próxima a la Verdad cósmica que la inteligencia humana puede concebir es que: en las relaciones o en la transición del Divino en su Unidad, al Divino en su Multiplicidad (el universo o cosmos), esta “ominosa posibilidad” se hizo, en cierto punto, inevitable.
Y esto fue así, porque una vez aparecida esta manifestación, supuso para el Alma (LA MADRE) en descenso a la manifestación evolutiva una atracción irresistible que crea la inevitabilidad; una atracción que en términos humanos al nivel terrestre puede ser interpretada como la llamada de lo desconocido, el gozo del peligro, el reto de la dificultad y la aventura, la voluntad de intentar lo imposible, y de experimentar lo incalculable, la voluntad de crear algo nuevo aun no creado, con el propio SER y la vida como materiales, la fascinación por resolver las contradicciones y su difícil armonización; son estas razones, traducidas a otra Consciencia, a una consciencia suprafísica y suprahumana, mucho más alta y más vasta que la mental, las que constituyeron la “tentación que condujo a la caída”, y la consiguiente inmersión de la Madre en lo inconsciente.
Porque para el ser original de luz (LA MADRE), situado en el filo del descenso al abismo de esta manifestación de materia inconsciente, lo único que le era desconocido eran las profundidades del abismo, las posibilidades del Divino en la Ignorancia y la Inconsciencia de la materia del universo creado.
Por el otro lado, por la parte de la Unidad Divina (EL PADRE), fue una vasta aquiescencia hacia LA MADRE a punto del descenso, llena de compasión, de consentimiento, de ayuda; fue un Supremo Conocimiento de que esto debía ser así, que habiendo aparecido debía ser realizado, que su aparición es en cierto sentido parte de una incalculable e infinita sabiduría; y que si el sumergirse en la Noche era inevitable, el gran emerger en un Día nuevo y sin precedentes era también una certeza; y que sólo así podía tener lugar una cierta manifestación de la Verdad Suprema, por la puesta en obra de los contrarios fenoménicos, bien y mal, como punto de partida de la evolución en este universo y con esta condición, ir ascendiendo en una emergente transformación evolutiva.
Esta aquiescencia comprendía también la voluntad del gran Sacrificio, el descenso del Divino mismo a la Inconsciencia para tomar sobre sí la carga de la Ignorancia y sus consecuencias, para intervenir como el Avatar y el santo, marchando entre el doble signo de la Cruz y la Victoria hacia la culminación y la salvación del mundo.
Podría pensarse que lo dicho es ¿Una traducción demasiado imaginativa de la Verdad inexpresable?. Pero sin imágenes ¿cómo presentar o relatar al intelecto un misterio que aun esta mucho más allá de él?. Sólo cuando se ha cruzado la barrera de la inteligencia limitada y se ha tomado parte en la experiencia cósmica y en el Conocimiento que ve las cosas por Identidad, se revelan las supremas realidades que están tras estas imágenes correspondientes al hecho terrestre, y sus formulaciones divinas se dejan percibir como algo simple, natural, implícito en la esencia de las cosas.
Sólo penetrando en una Consciencia mayor, puede uno captar la inevitabilidad de la creación y su propósito.
La obra de Sri Aurobindo, representa la gran esperanza para la humanidad, conforme sea entendida y abarcada por el individuo, se comprenderá que la geografía del camino ascendente evolutivo ha sido desarrollada, sus cambios marcados, sus senderos trazados y diagramados exhaustivamente. Sri Aurobindo podría conducir al hombre mental desarrollado hasta sus más excelsas cumbres. Sri Aurobindo, el Señor de la Síntesis, el Mensajero de lo Incomunicable dejó el futuro hecho, ahora depende del hombre recorrerlo.
LA SEGUNDA FUNDACION quiere ser un instrumento al servicio de la Consciencia Superior y servir como punto de encuentro para los hombres cuya aspiración llama a lo psíquico y a la manifestación en la tierra de LA VIDA DIVINA.
SRI AUROBINDO
En 1914 fundó la revista Arya junto con Paul Richard y un pequeño grupo de discípulos. Sus obras empezaron a ser traducidas al francés por Madame Richard, quien en 1920 se asoció a la obra de Sri Aurobindo: la creación de la Sri Aurobindo Asram, comunidad dirigida por el filósofo, que ella organizó y encabezó (desde 1926) como "Madre", mientras el pensador vivía retirado, efectuando pocas apariciones públicas al año, en diversos aniversarios y solemnidades.
La Sri Aurobindo Asram, comunidad espiritual y temporal con sede en Pondichéry, desplegó una gran actividad educativa siguiendo la doctrina de Sri Aurobindo, en busca de una síntesis entre ciencia, régimen de vida sano y deportivo y espiritualidad. A su muerte (no aceptada como tal por muchos de sus discípulos), Sri Aurobindo fue inhumado en su Asram, en una tumba objeto de constante veneración hasta el presente. La comunidad contaba en 1968 con más de dos mil miembros, con ramificaciones en diversas ciudades de la India, Europa y América.
Supuesto necesario de toda existencia, Dios, según el pensamiento de Sri Aurobindo, se halla presente en la materia y en las dimensiones mental y supramental. La Verdad que él constituye engloba toda verdad particular, y se expresa de manera especial a través de la inteligencia humana, tendiendo a manifestarse cada vez con mayor claridad y más plenamente por esa inteligencia en continua evolución (una de las funciones de la Sri Aurobindo Asram es, precisamente, dirigir y encaminar esa evolución). Esa Verdad ya se halla contenida en los textos antiguos, indios o de cualquier otra cultura. Sri Aurobindo la encuentra especialmente en Heráclito, en los Vedas, los Upanisad y el Bhagavadgita.
La finalidad ideal de la vida del hombre será pues la plena y desinteresada realización de la condición humana, apta para vehicular y manifestar la divinidad. Según Sri Aurobindo, no existe doctrina religiosa o filosófica universal a la que deba esclavizarse el hombre. El yoga, ajuste y perfeccionamiento integral, se adapta a cada naturaleza, llevándola a la realización, a ser testimonio de la emergencia en su propio interior de la divinidad, condicionada por el conocimiento.
El pensamiento de Sri Aurobindo es tanto una doctrina espiritual y un sistema filosófico como un yoga: una síntesis que integra la tradición especulativa védica con la influencia de la filosofía occidental. Núcleo de su reflexión son dos de los principios de los Upanisad: "todo es Brahma" y "el Uno no tiene Segundo", que, según la interpretación de Sri Aurobindo, se funde con otra corriente del pensamiento védico para afirmar: "el Uno no tiene Segundo porque en realidad Todo es Brahma", unidad, por tanto, que no es negación de la multiplicidad, sino Absoluto en devenir constante. Al conocimiento de esa realidad divina se encamina el programa de yoga integral, que busca encontrar esa divinidad en uno mismo, con el conocimiento como vía.
¿Cuál es este hecho real, esta meta más elevada?
El hecho de que la vida humana y la muerte se repitan a través de los eones de los grandes ciclos del mundo no es más que un largo proceso por el que el ser humano se prepara y se hace apto para la inmortalidad. ¿Y cómo debe prepararse? ¿Qué hombre está capacitado para ello? Es aquél que deja de observarse como una vida y un cuerpo, aquél que no acepta las experiencias materiales y sensoriales del mundo en su propio valor o en el que les atribuye el hombre físico, aquél que se conoce a sí mismo y a todos los demás como almas, aquél que aprende a vivir en su alma y no en su cuerpo, y que en sus relaciones con los demás los trata también como almas y no como simples seres físicos. Porque inmortalidad no significa sobrevivir a la muerte -esto pertenece ya a toda criatura dotada de una mente-, sino trascender la vida y la muerte; significa esa ascensión por la que el hombre deja de vivir como cuerpo animado por la mente, para vivir finalmente como espíritu y en el Espíritu. Cualquiera que esté sujeto a la tristeza y a la aflicción, cualquiera que sea esclavo de las sensaciones y emociones, absorbido por los contactos con las cosas transitorias, no puede ser apto para la inmortalidad. Todo esto debe ser soportado hasta su conquista, hasta que el hombre liberado no experimente dolor alguno, hasta que sea capaz de acoger todos los acontecimientos materiales del mundo, gozosos o tristes, con una igualdad de alma, sabia y calma, como los acoge el Espíritu eterno, tranquila, en lo más secreto de nosotros. Ser perturbado por la aflicción y el horror, como lo fue Arjuna, ser desviado por ellos del camino que hay que recorrer, ser vencido por la autocompasión, ser intolerante al dolor y retroceder ante una circunstancia tan insignificante como inevitable, como es la muerte del cuerpo, es la prueba de una ignorancia. No es así como el ario, con una solidez tranquila, debe escalar hacia la vida inmortal.
Así es la FE del guerrero ario. “Conoce a Dios,” dice, “conócete a ti mismo, ayuda a los hombres; defiende el Derecho; haz sin miedo, sin debilidad ni vacilación tu trabajo de combatiente en el mundo. Tú eres el Espíritu eterno e imperecedero; tu alma está aquí abajo en su camino ascendente hacia la inmortalidad; la vida y la muerte no son nada; el dolor, las heridas y los sufrimientos no son nada; porque todo esto debe ser conquistado y superado. No te detengas en tu propio placer, en tu éxito o provecho, sino mira más alto y alrededor de ti; MAS ALTO, contemplando las cumbres esplendorosas a las que escalas; en torno de ti, observando este mundo de batalla y de prueba en el que el bien y el mal, el progreso y el retroceso están ligados por un implacable conflicto. Los hombres te llaman para que les auxilies, tú eres su hombre fuerte, ¡su héroe!; ayúdales entonces, y lucha. Destruye cuando por la destrucción debe avanzar el mundo; pero no odies lo que destruyas, ni te aflijas por todos aquellos que deben perecer. Conoce en cada uno al Yo único; debes saber que todos son almas inmortales y que el cuerpo no es sino polvo. Haz tu trabajo con espíritu sosegado, con fortaleza y con serenidad. Lucha y fracasa noblemente, o conquista poderosamente. Porque ésta es la obra que Dios y tu naturaleza te han asignado para su cumplimiento.”
SRI AUROBINDO.
“LA MADRE”
Mirra Alfassa nace en Paris el 21 de febrero de 1878. Mirra se da cuenta de que el ocultismo es un gran poder de acción pero no de transformación y comprende que no es el instrumento adecuado para una vida divina en el mundo físico. En 1908 de nuevo en Paris conoce a un abogado aficionado al ocultismo, también filósofo y político llamado Paul Richard y en 1911 se casa con él de segundas nupcias.
En 1910, Paul había participado en una campaña electoral en Pondicherry, colonia francesa por aquel entonces, y había conocido a un sabio yogui del que había quedado profundamente impresionado, era Aurobindo Ghose. En 1914 vuelve para hacer campaña en los siguientes comicios, esta vez acompañado por su esposa Mirra Richard.
En marzo de 1914, el matrimonio Richard llega a Pondicherry y visitan a Aurobindo Ghose. Mirra queda perpleja al reconocer en él al personaje que en sus visiones había tomado por una divinidad hindú.
Me esperaba de pié en lo alto de la escalera, exactamente mi visión, vestido del mismo modo, de perfil, con la barba un poco despeinada, la cabeza alta; giró su cara hacia mi y vi en sus ojos que era él.
Enseguida comprende que será con él con quien debe compartir su existencia y realizar su trabajo, pero la relación con Paul aún no ha terminado. Los tres deciden editar una revista filosófica en inglés y francés que llaman "Arya", cuyo primer número sale publicado el 15 de agosto de éste año. Tres semanas antes había estallado la Primera Guerra Mundial y Paul Richard es llamado a filas. Él y Mirra vuelven a Europa y Aurobindo, en solitario, queda a cargo de la publicación de la revista donde aparecerá en fascículos la mayor parte de su obra filosófica: La Vida Divina, La Sintesis del Yoga, El Ciclo Humano y Ensayos sobre el Gita, entre otros.
En 1916, habiendo evitado la trinchera, Paul y su esposa embarcan hacia Japón donde residirán durante cuatro años en Tokio y Kioto. En 1920, ya sin Paul, Mirra decide volver con Aurobindo y el 24 de abril llega a Pondicherry donde se establece definitivamente.
La llegada de Mirra les pone en una situación incomoda pues "Sri Aurobindo", como ellos lo llaman, trata a Mirra como a su igual y como compañera espiritual, y la llama Madre. Así pues, ellos también deberán llamar a aquella recién llegada - mujer, francesa y casada dos veces - "Madre", y tomarla como maestra espiritual. No tardarán en darse cuenta del porqué de ese trato.
Cuando llegué a Pondichery se me reveló muy claro qué debía hacer para realizar en mí la Fuerza Supramental. Seguí mi disciplina interior con un resultado creciente, pero no sabía cómo hacer llegar a los demás mi experiencia; después vino Madre y con su ayuda encontré el método necesario.
Mirra, Madre a partir de ahora, no sólo ayuda a cambiar la penuria material en que vive el grupo y el propio Sri Aurobindo sino que, durante los años siguientes a su llegada, una serie de fenómenos ocultos revelan un despertar de facultades espirituales en los discípulos no alcanzado hasta entonces. Sri Aurobindo, sin embargo, reconduce la situación hacia un proceso menos espectacular pero más comprometido con la transformación de la naturaleza del hombre y no tanto en la presión de los poderes ocultos sobre ésta. He aquí un comentario de Madre al respecto:
Sri Aurobindo me miró y dijo: "Si, es una creación de la Sobremente. Es muy interesante, está muy bien hecho. Harás milagros que te harán famosa en todo el mundo y podrás dar la vuelta a los acontecimientos de la Tierra..." Y sonriendo dijo: "Será todo un éxito, pero es una creación de la Sobremente. Ésta no es la meta que buscamos, lo que queremos es establecer el Supramental sobre la Tierra. Hay que saber renunciar al éxito inmediato para crear un mundo nuevo..." A partir de este instante comenzamos a trabajar sobre bases diferentes.
Sri Aurobindo y Madre se dan cuenta de que las realizaciones espirituales hacia niveles de consciencia más elevados no producirán por si solos un cambio transformador, a menos que haya un descenso de esta elevada luz a los niveles subconsciente y nesciente (para diferenciarlo del inconsciente) en la naturaleza y en el hombre. A finales de 1926, Sri Aurobindo se retira a la soledad de su cámara para intensificar su trabajo y deja a Madre a cargo del trabajo exterior y del grupo de discípulos. Una tarea de necesaria dedicación si tenemos en cuenta no sólo el hospedaje, la alimentación y la financiación del grupo en constante aumento (24 discipulos en 1926, 36 en 1927, 85 en 1928) sino, lo más difícil, hacerse cargo del destino espiritual de éstos, asumiendo todas las dificultades psicológicas que aportan: "...llevaba a todos en mi consciencia, como en un huevo", explicará más tarde Madre.
El subconsciente es la causa principal de que todas las cosas se repitan y que, a no ser en apariencia, nunca cambie nada (...) Es la causa del constante retorno de las cosas que uno confiaba haberse librado (...) Oscuras y obstinadas impresiones de experiencias que surgen en cualquier momento en forma de sueños, de repeticiones mecánicas de viejos pensamientos, sentimientos o acciones (...) Es el principal soporte de la muerte y la enfermedad, la última fortaleza (aparentemente inexpugnable) de la Ignorancia.
Sri Aurobindo
Pero el subconsciente no es su único enemigo. Existen "furezas hostiles" enfrentadas al progreso espiritual y a la evolución de la consciencia humana que juegan con nosotros como si fuéramos sus marionetas e intentan retrasar, tanto a nivel individual como universal, la manifestación de la Verdad Divina. Todas las tradiciones espirituales y religiosas nos hablan de estas fuerzas o seres con nombres como Lucifer, Satán o demonios en general. En la tradición hindú se les llama asuras o rakshasas y para ellos, personajes como Hitler o Stalin son sólo fieles apéndices corpóreos para satisfacer sus ebrios desmanes.
Nunca hubo tal afluencia de barro y azufre como en los recientes meses (...) La Supermente estaba descendiendo ya en noviembre de 1934 pero se detuvo después de que se levantara el condenado barro.
Sri Aurobindo
Acabada la guerra, el ashram se convierte en un elemento esencial en el yoga de Sri Aurobindo y Madre pues representa un microcosmos de todas las dificultades humanas para el proceso de la transformación. Los discípulos sin saberlo, con su personalidad, sus dificultades psicológicas, sus enfermedades, forman un amplio abanico de experiencia y experimentación que Sri Aurobindo y Madre asumen en lo que ellos llaman el "laboratorio".
Es necesario que en un laboratorio de este tipo, la humanidad sea lo más diferenciada posible. El problema de la transformación comprende necesariamente toda clase de elementos favorables y desfavorables.
Sri Aurobindo
Cada uno de vosotros representa una dificultad que debe ser resuelta para la transformación; o quizás, cada uno representa una imposibilidad a resolver. Y cuando todas estas dificultades queden resueltas el trabajo estará hecho.
Madre
El proceso de descenso Supramental y de transformación produce el rechazo de la consciencia ignorante y reaccionaria del conglomerado humano hasta el punto de poner en peligro el propio futuro de la humanidad. Estamos en 1950, recordemos la "guerra fría" con el mundo dividido en bloques donde cada contendiente posee armamento nuclear suficiente para aniquilar el planeta. En este difícil equilibrio Sri Aurobindo cree conveniente dejar la vida física y trabajar desde el otro lado del velo dejando a Madre trabajando de este lado. Es así que termina las correcciones de su poema Savitri, llama a un fotógrafo para dejar un recordatorio a sus discípulos y el 5 de diciembre deja su cuerpo.
Limpiar nuestro proceso de pensamiento a unos mínimos de ecología mental implica años de esfuerzo. Cambiar nuestras tendencias en el carácter, en nuestros impulsos, nuestros deseos y preferencias en el plano vital suelen quedar como asignatura pendiente. La transformación de los hábitos corporales a los que llamamos "necesidades básicas", alimentación, abrigo, descanso, ni siquiera se plantean. Si algún atleta de la introspección consigue arañar su subconsciente sabrá con que violencia, éste, puede llegar a reaccionar contra nosotros mismos o contra nuestro prójimo. Éstos son los campos de minas que hay que cruzar para llegar a penetrar en nuestra consciencia celular...
Madre
En mayo de 1973, metida de lleno en este yoga celular, Madre deja de recibir las numerosas visitas que solia atender. Años antes, Sri Aurobindo explicaba en su poema épico Savitri la dificultad que debía atravesar...
Quizás llegará el día en que Ella deberá quedar sola y sin ayuda
En una peligrosa encrucijada del destino del mundo y del suyo
Portando el futuro del mundo sobre su pecho solitario, ...
...Deberá cruzar sola un peligroso puente del Tiempo
Y alcanzar un ápice del destino del mundo
Donde todo será ganado o perdido para el hombre.
... En este formidable silencio
En una hora decisiva del destino del mundo, ...
Sola con sigo misma, y con la muerte y el destino
En una cresta entre el Tiempo y el Sin Tiempo
Cuando la existencia debe acabar o la vida reconstruir su base,
Sola, Ella deberá conquistar o sola perecer.
Sri Aurobindo, SAVITRI, Libro 6, Canto 2, pág. 461
Seis meses más tarde, el 17 de noviembre de 1973, Madre deja su cuerpo.
Ingreso al Ashram (Mayo de 2012)
Conocer las enseñanzas de Sri Aurobindo han dado tranquilidad y certeza a mi vida. Su profunda vocación y compromiso son un ejemplo para seguir, así como también la asistencia que prestó “la madre”, durante toda su encarnación en esta tierra en ese momento. Su amor, que además trascendía lo físico y estaba manifestado en el servicio constante entre ellos y hacía los otros es un ejemplo de como se manifiesta el Amor Divino, el Amor incondicional y verdadero.
Conocer las enseñanzas, así como ver las manifestaciones creativas materializadas son en realidad una forma de darle sustento a todo lo que profesaban. Conocer el Matrimandir de Auroville y ver la manifestación magnifica que ahí realizaron, leer sus experiencias y conocer sus enseñanzas han sido para mi una revelación, un despertar en mi alma, que agradezco cada día.
La Madre decía, que el día de nuestro nacimiento es una fecha muy importante, que es necesario conmemorar con una conexión con nuestra alma, con lo divino, conectar con lo que le da un nuevo ciclo a nuestra vida y entrar en una reflexión profunda, más profunda que el resto de los días, dado que estamos conectados con aquel instante que nos trajo a esta vida.
EL 26 de mayo, día de mi nacimiento, tuve la inmensa bendición de recibir el regalo de La Madre, participar en la ceremonia de “cumpleaños”, recibir su bendición (etérea por supuesto), y sentir aquel amor infinito por el cual era “movida”. Conectar con aquellas memorias y pedir la asistencia para sanar el pasado. Una de las experiencias más bellas y conmovedoras que he experimentado, rememorándola en mi alma cada nueva vuelta al sol en esta experiencia.
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