No se conocen bien las causas que provocan estas alteraciones, pero se cree
que es posible que algunos microorganismos (como bacterias y virus) o también
los fármacos, podrían originar una serie de alteraciones que confundieran a
nuestro sistema de defensas. Suelen ser enfermedades difíciles de diagnosticar
por tener síntomas difusos.
La enfermedad autoinmune se presenta cuando el sistema de defensa pierde la
capacidad de reconocer lo que es “original” de fábrica, llevando a la
producción de anticuerpos contra las células, tejidos u órganos del propio
cuerpo.
Hay decenas de enfermedades
autoinmunes, algunas de ellas:
– Diabetes tipo 1.
– Lupus.
– Artritis reumatoide.
– Enfermedad de Crohn.
– Tiroiditis de Hashimoto.
– Síndrome de Sjögren.
– Púrpura trombocitopénica idiopática.
– Hepatitis autoinmune.
– Síndrome de Guillain-Barré.
– Granulomatosis de Wegener.
– Vasculitis.
– Miastenia gravis.
– Cirrosis biliar primaria.
– Espondilitis anquilosante.
Hay diferentes enfoques al respecto. Algunos sostienen que se trata de una
incapacidad esencial para verbalizar las emociones. Otros indican que es una
respuesta defensiva contra la desintegración emocional. También se aborda como
un “delirio corporal”, cuyo antecedente es la depresión, o como una respuesta a
un conflicto insoluble.
Sea cual sea el enfoque, lo cierto es que el punto en común es la
comprobación de que hay realidades que existen en la mente de las personas y
que encuentran una vía de manifestación a través de la enfermedad en el cuerpo.
Hasta ahora se ha considerado que las enfermedades autoinmunes son
incurables y que su tratamiento solamente puede ser paliativo. Sin embargo, si
las tratamos desde su causa emocional y sus síntomas físicos con la Terapia integral se pueden conseguir
resultados verdaderamente positivos.
La Terapia integral (que trabaja con mente, cuerpo y alma) combina diferentes técnicas que ayudan a eliminar
patógenos, mejorar disfunciones, aumentar el sistema inmunológico, trabajar
desde las emociones asociadas y apoyar en los cambios que se deban realizar y
sean necesarios.
Los resultados, son diferentes para cada persona,
sin embargo, la disposición y apertura del consultante son el primer peldaño de
sanación de quien consulta.
No está determinado un número de sesiones, dado
que las personas reaccionan de manera diferente y algunas necesitan menos
tiempo que otras, sin embargo, como mínimo al menos debe realizarse 3 sesiones
para ver resultados.
Se recomienda además una periodicidad de 15 a 20 días
entre cada sesión, de manera de permitir cambios en el cuerpo, y como mínimo
una vez al mes. Sesiones con periodicidad mayor no presentan los cambios
esperados.
Cabe señalar que realizar un tratamiento
alternativo no implica que debas dejar tu tratamiento médico (miedo que tienen muchas personas y es la
razón del cual porque no acuden a este tipo de sesiones). Al contrario, vas a poder comprobar en tus
exámenes y la efectividad de las terapias y de esta forma ir dejando poco a
poco los medicamentos.
No dudes en enviar un mensaje si tienes dudas o
preguntas.
terapiasbioalternativas@gmail.com
Julio de 2018.
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